Las Orejas y la Personalidad

La fisiognomía, ciencia auxiliar de la psicología que determina el carácter y disposición mental de la persona a través del estudio de las facciones, no ha dejado de lado las orejas para efectuar sus análisis y diagnósticos.

En efecto, a través de la forma, la ubicación, el color y el tamaño de las orejas es posible descubrir aspectos insospechados de la personalidad de nuestro interlocutor. Los datos que las orejas nos brindan se relacionan con el carácter, la inteligencia y ciertas características generales que nos permiten definir la naturaleza de un determinado individuo.

Tipos más frecuentes

Para poder extraer conclusiones válidas a partir de la observación del pabellón auditivo, deben tomarse en consideración varios detalles en conjunto. Una sola característica (tamaño, por ejemplo) sólo nos proporcionaría una versión absolutamente parcial de los rasgos y aptitudes, de la manera de ser de la persona que intentamos conocer.

Por ello, es necesario abocarnos a los tipos de oreja más frecuentes:

Orejas grandes, de excelente trazo: se trata de una persona con gran memoria para los lugares, las fechas y los nombres, aunque este individuo carecerá de buenos modales.

Orejas excesivamente grandes, chatas y con escasas curvas: en este caso, estamos en presencia de alguien sumamente inhibido, cauto, complaciente, con dificultades en su relación de pareja.

Orejas grandes, despegadas, que terminan en punta: estas personas sufren alteraciones emocionales frecuentes y padecen problemas relacionados con la atención y concentración. Son seres ingenuos y crédulos en extremo.

Orejas grandes, de buena forma y color: quienes tienen esta clase de oreja, cuyo color es más luminoso que el color del rostro y cuyo extremo superior está a la altura de las cejas o más alto, hacen gala de una brillante inteligencia. La modestia y la seguridad con que avanzan estas personas puede hacerles alcanzar el reconocimiento de quienes los rodean y una notable y encumbrada posición.

Orejas muy altas o muy bajas: este tipo de oreja corresponde a seres introvertidos, que recurren con frecuencia a actitudes infantiles por temor o desconfianza.

Orejas pequeñas, estrechas y delgadas: estas orejas pertenecen a individuos rodeados de misterio, poco escrupulosos pero muy hábiles en aquello que les concierne.

Orejas perfectas: las orejas perfectas tienen exactas proporciones y coinciden, en su extremo superior, con la altura del ángulo externo del ojo y, en su extremo inferior, con la línea de base de la nariz. Se trata de orejas relativamente pequeñas, no muy pegadas a la cabeza pero tampoco muy retiradas de ella. Quienes poseen orejas de estas características son personas simpáticas, cordiales, refinadas y tienen un gran sentido de la armonía y el equilibrio.



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